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Este año 2022, Honduras conmemoró más de dos siglos de independencia patria, hablamos del fin del dominio de la Corona española sobre estas regiones, de la cual se desligaron un 15 de septiembre de 1821. Dicha confirmación escrita de este suceso, los conocidos pliegos de independencia, llegó unos días después, siendo en las mentes de aquellos pobladores un signo de vientos de cambio.

Y es que al oír independencia, inmediatamente viene a nuestra memoria un cúmulo de sinónimos para dicho término, hablamos de nuevas ideas, nuevos rumbos, un nuevo amanecer, una oportunidad para contextualizar las decisiones, frases que pondrían esperanza en el corazón de los habitantes de ese tiempo y de cualquier persona en la actualidad.

Esto es referido a la independencia patria, al término del yugo colonizador, a nuestros colores, a nuestra sin igual bandera, que embellece el cielo cinco estrellas y pone en los corazones nacionales un sentimiento de hermandad, orgullo y un anhelo de verla engrandecida, como se leía hace unos años para estas fechas en los centros educativos: “Formando ciudadanos para engrandecer a Honduras”.

Y hablando de engrandecer, que en palabras simples es hacer grande algo, queremos hoy meditar en algunas situaciones que podemos cambiar todos juntos, individualmente, como familia, como escuela, como sociedad, para lograr este fin, presente en la mente de cada connacional, pues, siendo realistas, todos queremos que nuestro país sea diferente, en vías de progreso, con una mentalidad distinta, llena de hombres y mujeres con argumentos sólidos, que viven lo que hablan.

Por tal razón, el título de este artículo es “Una independencia de los errores del pasado”, el cual pretende que tomemos en cuenta los errores de nuestros antepasados, los errores de nuestros padres y nuestros propios errores para independizarnos de ellos y comenzar a construir un mejor ambiente para las nuevas generaciones, un ambiente social más humano, un contexto de país con un rumbo definido, basado en los valores morales en primer lugar, en el cultivo de la riqueza interna.

Pensando en ese fin, EduBox, plataforma educativa/administrativa, te recomienda a ti, que estás preparándote en un centro educativo este día, no olvidarte de tus orígenes, pues eso te mantiene humilde, con los pies en la tierra, cercano a tus familiares, a tus amigos, con la mente enfocada en cuidar tus recursos, los de tu familia, los del país, comprendiendo que la soberbia, amiga del despilfarro, no engrandece a tu amada nación.

Asimismo, es importante que recuerdes, niño o joven que nos lees, no dejar el respeto a tus mayores, maestros, padres, tíos, abuelos, personas con autoridad sobre tu vida. Salúdalos al entrar, salúdalos al salir, está a su disposición, no los hagas enojar, sé la diferencia, los lugares más importantes y de honra son para aquellos que hacen la diferencia para bien en esta vida. Y también recuerda que, así como tú, ellos fueron niños y envejecieron, ponte en su lugar, trátalos como te gustaría que te trataran.

Siguiendo con el trato a las personas mayores, te damos un consejo que vale oro: sigue su instrucción, no la deseches, ellos son experiencia viviente, por donde tú vas, ellos ya pasaron hace tiempo. Escúchalos, deja el celular, la tablet, la computadora, el videojuego, ya habrá tiempo para eso, mucho tiempo, siéntate y oye sus historias, sus anécdotas, sus principios de vida, no importa que te cuenten la misma una y otra vez, muéstrate siempre interesado, luego nos lo agradecerás y entenderás.

Además, dedícate a tu pasión profesional, a lo que mueve tu interior, hazlo con deseo de crecer, con ánimo, con el fin de destacarte, para que el país sea conocido no por índices de violencia ni de corrupción, sino por su avance en el talento humano, en el valor de sus hijos, en la categoría general que tienen aquellos que comparten contigo los 112,492 km2 de su extensión territorial. Hagas lo que hagas y estudies lo que estudies, lleva presente en todo momento que tu fin supremo es engrandecer a tu país y esos apellidos que acompañan tu nombre.

Te motivamos de igual manera a siempre pensar en los demás, empezá por casa, por tus padres, por tus hermanos, por tu familia. Si tu situación es mejor que la de ellos, siempre ayuda, comparte, eso te dará satisfacción interna y te llenará más que muchos logros. Proyéctate con tu barrio, tu colonia, esas pequeñas acciones le pueden cambiar el destino a alguien más, recuerda: “los pequeños esfuerzos conllevan a grandes victorias”.

Y para cerrar, estimado lector, deseamos que entiendas como hondureño que, para hacer grande, muy grande, a tu país, debes empezar por cambiar tú, ser resiliente, innovarte cada día, no criticar, no ofender, céntrate en ser la diferencia, edúcate, una mente ocupada es una mente productiva, sin tiempo para hacer nada que dañe a otros. Honduras es tuya y la construyes y reedificas tú, no un Gobierno ni un gobernante en particular. ¡Viva Honduras, nuestra patria querida!